viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Traidor?

¿Soy un traidor? Puede. A fuerza de que me lo digan terminaré por creerlo.
Quizá sea un desaprensivo, o un alexitímico, o tenga un concepto equivocado de la resiliencia. Resistir ¿Es lícito? ¿Cuándo empieza a ser inmoral resistir? Me miran mal, lo sé porque yo no les puedo mirar a la cara.Y sé por qué no me castigan: soy un pobre hombre, les encontré hablando de mi el otro día. Un pobre hombre, un pusilánime, un cobardón. Vale, quizá soy un cobardón, pero no un esquirol. No, no lo soy. Pero no sé rebelarme, y a veces digo "no sé porqué me aguanto" pero me aguanto. Y me aguanto más. Y doy los buenos días, y las buenas tardes y pienso: "eres un malnacido, eres un inútil". Sé que si se lo dijera al jefe me contestaría" ¿y tú qué eres?" Y tendría hasta ganas de llorar... y un ahogo. Y la gente me quiere, o me tiene pena. Diría que es eso, pena, que no me estiman por lo que valgo  sino que mi debilidad les mueve una cierta piedad.  No soy un camorrista, no he buscado bronca ni he ido de chivato. Nadie podrá decir que he sido el que decía quién llegaba tarde, ni quién se fugaba media tarde para irse a hacer sus cosas. Yo no era el que remoloneaba para encontrarme con los mandamases, ni he escrito mentiras. He sido un trabajador tibio, puede, pero no mal trabajador. No soy un obrero, ni clase media. Y si esto estalla, tampoco contarán conmigo. Hoy no soy nadie en el oficio.Uno más...
-¿Vienes? Ponte esto.

La camiseta con los lemas de la movilización le quedaba como un guante, pero al verse frente al espejo sintió que perdía el control, en medio de una vorágine de dolores de cabeza, retortijones y vértigos. Sudaba copiosamente y no podía saber qué ocurriría cuando los más críticos le vieran.

-Ven, ponte aquí. Hoy somos todos compañeros.
Paco le había conseguido un sitio discreto, pero aún así notaba cómo todos los ojos del mundo le observaban y los suyos se nublaban, y flotaba, flotaba...
A lo lejos escuchaba a Paco:
-Estas cosas le pueden, no presionarle, ya sabéis que es buen tío, blandengue, pero buen tío.

Y consciente al fin optó por seguir pareciendo desvanecido y pensó que sería estupendo que aquel accidente durase unos meses. Lo pensó mientras le grababan con una mano colgando de la camilla y una voz en off decía " la tensión pasa factura a los trabajadores tras días movilizados": se había convertido de forma absolutamente involuntaria en  la estrella de la sublevación.

      

2 comentarios: