domingo, 14 de septiembre de 2014

Familia

Verdaderamente la izquierda es una extraña familia. En cualquiera de ellas hay primos, hermanos, padres, abuelos y cuñados. Los cuñados –sin malos rollos, mi cuñado sabe que le quiero mucho- son llamados también hermanos políticos, como sabrán. En la izquierda hay más o menos primos, más o menos hermanos. Muchos cuñados, cientos. Pero todos somos familia y –en mi caso- nos reconocemos como tal. Me estoy refiriendo al concepto de familia extensa que se usaba en la antropología cultural cuando yo leía esas cosas tan bonitas y tan inquietantes que escribía Carlos Castaneda. A falta de un buen chamán, hay quien parece tener una vía lejos del humo para ver el porvenir, y habla y habla sobre el futuro, lo que será será, en qué se convertirá cada cual, en qué convertirá el país de poder: visiones futuribles que no son reales, porque lo único real es el ahora. Le disculpamos. Es familia.
Quién se reconoce como familia y a quién reconocemos como amigo,  conocido, o saludado, -según el criterio de Pla- en esta cosa de las amalgamas preelectorales nos lleva de cráneo. Y nos queda a los que vamos con el romanticismo de pensar que llegará esa sociedad libre y justa la esperanza de que alguien se aplique eso que se canta como final de cada acto con el puño en alto. Lo que viene a ser una foto vinculante. Agrupémonos todos, dice la letra de la Internacional.  Si todo eso se dice de verdad no queda más que actuar. Por el frente antineocon, o como ustedes lo quieran llamar, al que se accede por la puerta grande (dependencia, desempleo, pobreza...) o por conciencia /empatía con los mártires de este nuevo compás que se marca con rigidez absoluta desde los mundos del poder.
Así que después de pronunciarme tan imprudentemente sobre el tema,  sólo me queda decir a los compañer@s que si no agitan ningún espantajo, llegan a un acuerdo honesto desde el único interés razonable, que es frenar el avance de este modo de ver la vida, aniquilador y egoísta, quizá, quizá, estemos más cerca de pertenecer verdaderamente a esa familia multicolor de las izquierdas.


Todo lo demás, decía el vate, es vicio y gula. He dicho.


3 comentarios:

  1. Últimamente he estado pensando mucho en eso de una sociedad justa y libre y, sinceramente, no me pongo de acuerdo conmigo mismo. He llegado a la conclusión de que debo ser medio progre, medio liberal, medio capitalista, medio comunista.....en fín, una medianía...

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