miércoles, 27 de agosto de 2014

A veces da lo mismo...


-Pasa que a veces da lo mismo, divaga Félix, ese electricista pincho que come espinacas crudas. A veces, añade, da lo mismo vivir juntos que no, salvo que uno esté loco por el otro, y ese otro tenga tu corazón como la rosa, esa que se deshojaba y seguía hermosa y fragante.

Félix es medio poeta y expone su teoría a Sagrario, una vendedora de verduras –que no verdulera- del mercado central. Félix la requiebra con indirectas difusas que Sagrario no capta. Ella le comenta a las  amigas que al puesto le viene un señor agradable y adicto a las espinacas, que debe ser filósofo por lo menos, porque habla raro y gasta muchas palabras para decir poca cosa. Para la vendedora de la parada 15, el electricista intenta ser educado pero está aburrido, debe ser eso lo que le impulsa a comprar cada día y no una par de veces a la semana, como todo el mundo. Sagrario está convencida de que está solo en la vida y se calla cuando el hombre habla y habla en términos que le suenan a chino mandarín sobre el prodigio de las espinacas y su gama de verdes. Félix debe ser buena gente, le dice a la vendedora una amiga despistadísima que no ha visto al hombre en la vida y que cree que debe ser amor lo que le impulsa a ir cada día a buscar esos manojos de espinacas, ricas en luteína.

-Será turbación lo que ella siente, se dice el chispas entre sonrisas que se regala generosamente mientras se afeita... será decoro y recato y vergüenza ¿será que se ha dado cuenta que muero por ella?

Félix no se moría, ni mucho menos, pero así, medio desnudo en su baño de porcelana refulgente se vino arriba y creyó lo que su otro yo le decía mientras limpiaba la navaja:

-Hoy triunfas, muchacho.

Sagrario cree que ese hombre quiere algo con ella. Bueno, ella no lo cree, pero Rosina, sí y ella se equivoca mucho, pero es buena gente.

-Ese hombre está por ti

-Ya, pero a mí...

-Anda, dale una oportunidad...

Sagrario y Félix salen a tomar un café el viernes después de comer  y se aburren terriblemente, y piensan con repelús en la probabilidad de volver a quedar. Horroroso, ni de broma. Hay que seguir y aprender, piensan al unísono.

-¿Qué tal lo pasaste?

Félix no ha dicho ni buenos días.

-Cuando quieras, repetimos, dice Sagrario.

Y repitieron y se aburrieron, pero mira, algo hay que hacer y mientras tanto se casaron y tuvieron tres hijos.

-Maldito aburrimiento, piensa Félix.

-Tenía que haberte dicho que no el primer día..., piensa Sagrario.

-¿Qué piensas, amor?

-Que tenemos mucha suerte.
Félix se sienta en la barra del bar Calle Mayor, donde Carmen le pone un café aguadillo e inofensivo.

-Como te decía, Carmen,  a veces da lo mismo vivir juntos que no...

Carmen piensa que tiene la misma vida que una almeja. Pobre hombre, que poca salsa tiene.

-Menos mal que has venido, Félix, estaba esto muy triste sin ti.

Y Félix reconoce en Carmen esa mirada que tuvo Sagrario aquel primer día en el que salieron a tomar café y su otro yo, el que va en camiseta imperio con una toalla al hombro le susurra:


-Hoy triunfas, fijo.

lunes, 25 de agosto de 2014

Sin sueño

A estas horas (las doce de la noche) unos niños de unos diez años están debajo de mi balcón, con sus teléfonos móviles y sus reguetones, haciendo gracias que incluyen la palabra "guarrilla", ya nadie se ríe del seno y el coseno. Son niños pequeños que no tienen sueño y ya no cogen nidos de pájaro como los de antes, ni se quedan por la calle con los padres. Los aires acondicionados han metido a la gente en las casas y el goteo de los aparatos marca la hora como un segundero. 
Juegan -con un ingenio electrónico- a algo que parece de tema carcelario. Madrugo y quiero dormir, pero no me dejan. Uno de los personajes le pincha a otro con un tenedor. Otro dice medio cantando que si le han levantado  la novia dos veces. Ay, qué fue de las canicas, de las mujeres cuarentonas que salían gritando "¿es que no tenéis casa?" Sobraba para salir corriendo tan deprisa que llegabas a tu cama conteniendo la respiración. 
Uno de ellos sentencia "tengo móvil hace tres años" Todos contestan que es mentira, y el aludido contraataca "tú lo que no tienes son megas" Los megas y los píxeles, ese indicador de desarrollo, de dinerillo, de brillo social. Hay niños sin cuarto oscuro que se graban unos a otros jugando en la calle, quieren subirlo a Youtube "y petarlo". Dice uno a otro: "nano, le he dicho a ............que..." Jó, se han ido. El de más megapíxeles estaba conquistándome a fuerza de decirle mamón y cabrito a otro. También hijoputa, eso ya, a pleno pulmón. Les hubiera tirado un cubo de agua pero me hubieran llamado 'retarded' que es como llaman a los que no les siguen el rollo. Y friki. Soy la madre friki que duerme pronto y cree que ha perdido encanto la infancia. Hace tiempo escuché un coro de vocecillas y me asomé a la ventana: estaban sentados jugando en línea entre ellos, cada cual con su videoconsola ( o lo que sea ), más monos...

lunes, 18 de agosto de 2014

Eran ellos

A la mujer de Málaga supuestamente agredida sexualmente por cinco chicos, dos de ellos menores, sólo la resarce ya  la justicia. Dirán que algunos son menores, que algunos han colaborado, que todos habían bebido o que se habían drogado, que no lo recuerdan, que les empujaron, que les liaron, que no eran ellos cuando lo hicieron. Pero sí eran ellos y eso es lo peor. 
Hace años un chico muy pesado esgrimió ante mi negativa: "¡soy un hombre!"
Y la cosa no fue a más (tuve suerte) pero se fue convencido de que merecía por su condición hacer lo que quisiera. Supongo que tendrá hijos. Si son varones ¿los educará también en esa creencia? ¿y si son mujeres? Cuando lo cuento a otras mujeres me relatan episodios similares. Hemos convertido al agresor en un gili -es más digestivo- y le dejamos hacer su versión de la vida honrada en libertad. Hay muchísima diferencia entre alguien mal educado y un agresor, debemos prestar mucha atención a esto y dejarnos de paños calientes. Somos en verdad una sociedad de paños calientes y aguantamos atropellos de hombres -no todos jóvenes- a diario con una máxima: ya madurará. Algunos lo hicieron creyendo que somos cosas que se pueden coger y dejar, mirar fijamente, poner puntuación y comentar. Este año he visto a señoras vigilando a sus parejas por la playa. Pastoreándolos, directamente. Ellas los trataban como niños y ellos seguían con su jijí.  Épico.  Si las dunas hablaran...

La violencia sexual se cocina a fuego lento. Se piropea, se palmea, se da un pellizco, se mete mano. Es tan gracioso como el tradicional chiste de maricones y en esa línea va. Todo está permitido en la broma: habrá que poner en el BOE que si sólo te ríes tú, no es broma, es putada y posiblemente, delito.

Más casos prácticos. El reparto de roles, los tópicos y las mentiras cotidianas: las niñas piden permiso, los niños no. Las chicas y el pagafantas; las chicas y sus uniformes deportivos cortísimos. Los posados en bikini... Los chiquillos que ¡con doce años! cuentan batallitas sobre encuentros sexuales con compañeras de clase citando su nombre (mentira, vulneración de la privacidad, banalización de las relaciones)... Dejamos que todo esto cale como la lluvia sobre los que luego se hacen mayores. Y los padres les damos las llaves del coche, les dejamos salir por ahí. Cuando se produce algo así me embarga una sensación de fracaso, porque debería haberse detectado que iban a hacer algo semejante, porque estas cosas no ocurren en un día. Porque a muchos de ellos les educaron mujeres. Y sólo me sale esa palabra: educación. Qué triste que tengamos que hablar de estas cosas en mitad de un continuo baile de cifras sobre víctimas de violencia de género, que no para de sumar casos. Los asesinos de mujeres eran casi siempre buenos tíos, que te daban sal y perejil, y nadie veía nada, ni sabía nada. Parece que para cada desastre hay un mar de mentiras preparadas. La verdad es tan insoportable...


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Actualizando: se archiva la causa y como rectificar es de sabios donde ponía agredida pongo supuestamente agredida. Así debí escribirlo desde el principio. Algún día nos enteraremos de todo-todo.

Todo lo demás lo mantengo. Este es un país violento con las mujeres, el patriarcado da zarpazos cada día. Ahí están las cifras de las sentencias. 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Miedos de verano

Me ha caído en mi sopa fría una noticia sobre el ébola. Comerse una sopa fría en verano es como tomarla caliente en invierno. Para ambas cosas hace falta no ser pobre energético, o no ser pobre, a secas. Los que mueren de ébola lo son, y mucho. Y los que llegan a la frontera sur de Europa también, pero como dice la viñeta que acabo de leer sólo son pobres y eso no es contagioso. Lo verdaderamente contagioso es la actitud de mi gato, que puede caerle al lado una bomba H  y no se inmuta ¿seré responsable de su temperamento?  ¿Recuerdan cuando lo peor que nos podía pasar era un invierno nuclear? Ahora tenemos amenazas múltiples. El miedo, como la comida en el verano fermenta con el calor. Te acuestas a dormir la siesta y se te aferran los demonios a esos costurones que brotan en la cara para regocijo del que te tropieza:

-Te acabas de levantar ¿eh?

El ébola viene de África, los pobres llegan de África. Gibraltar es Sierra Morena. O Andorra. O las dos. Pero el contrabando es consecuencia de la falta de formas de ganarse la vida, y eso no es por virus, es más bien por incompetencia política, y lo de Andorra casi también. Lo de Andorra -lo dice Paco muy serio mientras engulle una caña- es ansia viva, y eso no tiene perdón de Dios. El perdón de Dios llegó en vida a Pajares, que me recordó aquella alegoría del Padre Damián, que pereció en Molokai con los leprosos. Ay, los agravios comparativos. No puedo menos que sentir su pérdida, como la de todos los que andan por el mundo anónimamente jugándose el físico para que esta vida sea mejor. Y luego están las cuestiones técnicas, sólo aptas para epidemiólogos, y por eso sólo lo siento y se me abren las carnes al ver llegar a los que llegan cada día, que nos cuestan ¿más o menos que la deuda de un club de fútbol? Tampoco soy contable, ni vaticanista. Sólo soy una mujer con nevera, con un congelador lleno de hielo en una zona del mundo donde hace bastante menos calor que en Liberia. Liberia y Sierra Leona, monumentos a la esclavitud, a la pobreza, a la segregación. Tienen ahora mismo algunos fabricantes de textos-soflama un arsenal casi inagotable. Inoculando el miedo al sur, al negro, al pobre. Mandemos refuerzos, que no se nos acerquen. Parece que escucho a alguien diciéndome lo de siempre:

-Llévatelos a tu casa...

Yo siempre le contesto que están mejor en la suya, que no tendrían por qué huir, que algo hemos tenido que ver, tan desarrollados y lustrosos los europeos. Y me manda al cuerno, así, en seco, mientras me bebo una tónica muy fría, como si fuera millonaria.

domingo, 10 de agosto de 2014

Luna

Toca hablar de la luna, que corroe los sentidos. Toca porque la luna ha invadido cuanto había de racional en las mentes de los que como yo, ahí estaban intentando captar algo de su influencia ¿es mágica la luna? Puede ser. Estábamos intentando averiguarlo, y al mismo tiempo mirando a la misma luna los que tiraban fuegos artificiales. No pueden competir con el espectáculo de disco solar reflejado en el agua, en el brillo de los ojos de la chica que se lleva aquel chico por la cintura. La besa una y otra vez. Está entregado y ella, con los ojos llenos de mar, le corresponde mientras el perro que llevan, aburrido o celoso, estira de la correa para que sigan caminando y ya dejen los amores para luego.

Corren los chiquillos por el agua, buscan estrellas fugaces y sólo hay luna y más luna, plateando el agua y la barriga de los peces que no pican, que saltan mientras el cebo se contonea sin éxito. Toca hablar de la luna, de los peces esquivos, de los amantes urgentes. Siguen corriendo los niños, sestea el perro, se acurruca la pareja al lado de un guitarrista espontáneo que rasca con oficio inspirado por el cielo, que parece de día, me dicen, que hoy aún está más grande que ayer y que quién quiere una estrella fugaz si lo tengo todo...

lunes, 4 de agosto de 2014

32

Los abuelos en la vega, para preguntar sobre tus intenciones requieren:
-¿Y tú qué misión llevas?

Tener una misión es a veces una caída en picado. Miren al nuevo asesino (presunto) incorporado al censo de la violencia de género. Le dijo a su hermana por teléfono: “Estoy haciendo lo que tengo que hacer". 32 mujeres muertas a manos de hombres que tuvieron una misión así en lo que llevamos de año. Las reacciones, las de siempre, atemperadas por el calor y la falta de actividad parlamentaria, bastante menos frenética de lo habitual. Las reacciones en la práctica... pues lean a los que entienden de esto sobre los medios con los que se ha dotado a los organismos que luchan en contra de la violencia de género, lean las polémicas sobre los uniformes de los equipos deportivos femeninos, los posados en bikini, las madres que se recuperan espectacularmente tras los partos. El universo femenino inventado refulge en verano que da gusto. Sobre todo después de otro asesinato. 
A veces la justicia en abstracto es un problema de velocidad. Desde que Maragall dijo a Mas "ustedes tienen un problema que se llama 3%" hasta ahora fíjense si ha llovido. Ahora empezamos a conocer las cosas de los Pujol. Desde que Israel machaca Palestina por activa y por pasiva, ahora, en un giro inesperado del argumento hay una intención de "paralizar cautelarmente" la venta de armas a este país (o lo que sea). Hasta cuándo esperamos que el gobierno sea diligente con la violencia de género, me pregunto. Habría que conocer los coeficientes de saturación de los miembros del gobierno para poder dar una fecha de un pacto de estado contra la violencia de género.
¿Saben aquel que diu que el vaso rebosa y no pasa nada? La mujer tenía 39 años y dos hijos, uno, del presunto asesino. Los hijos, ay los hijos... El gobierno tiene un gran abanico de soluciones en el ámbito asistencial, el gobierno se tuesta bajo el sol de los lunes y nosotras seguimos en el púlpito una vez más. 

32, señores. 32.