jueves, 5 de febrero de 2015

Asedio

Tenemos cierto aire medieval últimamente. Dando alas a la historia antigua, echando mano de todos los monstruos que están al borde de nuestra tierra conocida, plana y circular, radial para que llegue a todas partes el mensaje... ¿No se enteraron? Hace frío ¿Cuánto? Como para matar a un reportero. Pocas veces he sentido miedo por un hombre del tiempo, diciendo de viva voz que se congelaba, pero era necesario para darle verosimilitud  a esta ola de frío ¿les han dicho que hace frío hasta preocuparles? Si esto no les ha distraído lo bastante tenemos emociones fuertes. En Grecia el gobierno electo se ha permitido dar una lección de rebeldía. Sí se puede. Y se puede, al hilo de lo que electoralmente viene, sacar a un señor en las tele local diciendo con cara de susto "que vienen los comunistas"... el hombre y sus miedos, cultivados y abonados durante tanto tiempo. Este hombre, imaginen, no tiene edad de haber vivido más que democracia, pero si enciende la tele, escuchará como yo las quinielas "¿Cuánto puede aguantar Grecia sin ir a la bancarrota?" Un experto dice que un mes, otro se sonríe con condescendencia y sentencia que dos semanas. La cosa es que están contemplando como se asfixia un pueblo que ha querido ser soberano. Falta ese hombre que paseaba para decir " eso les pasa por votar a esos". ¿Hace frío en Grecia? Seguramente en algunas casas más que en otras, como aquí. Aquí también hay asedio, pero sacamos fuerza para firmar pactos contra el terrorismo ¿es que no está usted en contra? Por supuesto. En contra de cualquiera. Del patriarcal también, si es que con esta nueva definición cabe dentro del tipo. Filigranas jurídicas a mí, dirá algún señor bebiendo coñac del bueno.
Ah, los asedios. Ya les digo que lo veo todo bastante medieval. Esperar que se agote el enemigo, que ceda, que se inmole. Esperar en la colina que cese el fuego dentro de las murallas, que alguien traiga noticias de la extinción o del doblegamiento, como si fuera una historia, un comic, un juego. Grecia o una mujer amenazada, un obrero con un ere, o alguien que no tiene nada. El asedio consiste en cercar nuestros pensamientos para que los metamos dentro de un perímetro. Si salen de ese lugar, no podremos garantizar su seguridad. No quieran ser ustedes como Leónidas, al fin y al cabo, la caridad no está tan mal. 

4 comentarios:

  1. El pueblo, lo que se dice el pueblo, siempre está asediado, siempre.
    Pero Grecia levanta su voz y dice basta. Yo creo que no se morirá de frío, no quiero que eso ocurra y creo que no ocurrirá.
    Un abrazo

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  2. Muy buen análisis Angélica. Grecia se las ha visto en peores. Mal se tienen que dar las cosas para que no se encuentre una buena solución. O eso espero...

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