martes, 17 de noviembre de 2015

Vida micro

Nunca seremos franceses, nuestro himno no tiene letra. No se puede hacer un canto masivo y a capella en el parlamento. La Marsellesa es insuperable, además, pero no me hagan caso, son cosas de músico.
Recuerdo estos días unas lecturas sobre la liberación de París. En macro, la libertad, en micro, las represalias hacia las colaboracionistas. El hombre, si es agitado convenientemente, mezcla en un mismo acto macro y micro, siempre es igual. Los acontecimientos se repiten periodicamente y quiero pensar que no se rompió una pax en pleno Brumario. ¿Hubo pax o no la hubo? Sospecho que las fronteras llevan años dibujando mapas que parecen  láminas de histología. En ellas, si nos acercamos, vemos insurgentes, rebeldes, golpistas, guerrilleros, salvadores y sobre todo, aliados. El lenguaje es importante, tanto como para crear campos semánticos intercambiables. Los aliados quieren siempre restablecer el orden, sea el que sea, y ese es un planteamiento macro. En el micro, un diabético, un epiléptico, un niño celíaco se muere por un camino sin que nadie se entere. Salieron huyendo sin nombre, con sus vidas empaquetadas a toda prisa, esperando que les hagan un hueco pequeño los que están mejor. La fraternité tiene en verdad muy buena prensa. Debería abrir sus brazos esa Europa culta, antigua, acogedora, esa Europa continente salvaje.  En días como estos, el mundo es grande y lo micro se pierde: Europa no es tan grande en realidad y la vida transcurre a raudales en otros lugares donde existen conflictos en países que no sabemos situar, lugares a los que nunca iríamos salvo a  rodar un documental o a llevar la civilización y la democracia, aunque sea implantándola con un bisturí. Lugares micro donde la guerra micro se extiende con estructura reticular y forma una guerra macro que nos salpica. ¿Acaso no pusimos muros, vallas, pasaportes?¿Por qué nos castigan, por qué?
Estos sucesos horrendos que ocurren en lugares que no conozco me llevan al rostro escéptico del científico al que preguntaban sobre el cambio climático:
-¿Sabemos qué lo causa?
-Sí
-¿Tenemos medios para atajarlo?
-Sí
-¿Tenemos la voluntad de hacerlo?
-No.
Y con ese no vamos ahora y decimos que esta celdilla de nuestro pequeño mundo ha de ser desanclada de la estructura bélica, que ese dolor y ese fragor no ha de llegar hasta aquí. Que la guerra es cosa de otros y que nosotros, los europeos, sólo tenemos el pecado de desear fervientemente todo lo bueno que la guerra destruye, que defenderemos este estilo de vida basado en la prosperidad y el civismo.
Con alambres.
Con muros.
Con aviones.
Cada vez que alguien invoca al mundo libre, hay un microdesastre que fermenta y fermenta...

2 comentarios:

  1. Por qué no somos capaces de ser humanos...ahí lo dejo.
    Creo que todos, y digo todos son artífices de las barbaries, porque para mí las barbaries tienen un mismo origen: la maldad hacia el otro.
    En fín no sé por qué digo esto, ya estoy siendo inhumano.

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    1. No sé qué decirte, Javier. Se nos acaban las palabras... <8>

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