martes, 13 de diciembre de 2016

Caldo

Haré una aseveración antes de empezar: no creo en las conspiraciones, pero sí en los caldos de cultivo.
En un caldo de cultivo adecuado, ciertos organismos prosperan hasta adquirir proporciones de plaga. Solamente en ciertos caldos de cultivo, algunos organismos prosperan. 
Qué horror el caso de Nadia Nerea. Qué falta de ética, pudiéramos decir. Hemos supuesto que la tenían los padres porque su hija estaba enferma. Esto es muy de la creencia de que el sufrimiento ennoblece. "Dios da la enfermedad y la medicina", decían no hace tanto. Los resabios son el fondo oscuro ideal para un buen caldo de cultivo.
Un caldo -gordo- de cultivo ideal para el caso que les comento es el del sistema sanitario en la diana: Caro. Obsoleto. Poco eficiente. 
Las cifras se pueden consultar, para el que tenga paciencia. Lo que no sale en las cifras es cuántas horas trabajan seguidas los médicos y sanitarios de la pública, cuántas veces falta personal,  por qué se cierran camas. O las derivaciones a centros privados, si de verdad son tan necesarias, si no hay otro modelo posible que el que se ha intentado implantar. Si de verdad la solución está en Houston, en Lourdes o en un laboratorio bien dotado que no se está dispuesto a pagar, porque no dará dividendos.
Ese modelo social neocon también gusta de vapulear a la enseñanza pública. Qué mala es, ¿verdad? Queremos ser nórdicos, definitivamente. Díganle a un nórdico el sistema de trinque del hospital de Castellón, díganle si un instituto puede funcionar 12 años en aulas prefabricadas. 
Asistan al nórdico.
Un buen caldo de cultivo creará la expectativa de una sanidad imaginada en el exterior de nuestro sistema, con elementos de juicio sacados de no se sabe dónde, pues nuestros profesionales viajan y leen correctamente en varios idiomas, y están al día, y son vanguardia mundial en muchos casos. Vanguardia mundial exportada, muchas veces porque nos faltaba cash, pero para eso.
Y eso es lo que no es rentable la semana que viene. Como esas au pair sobradamente preparadas que son explotadas como chachas de antaño en el Reino Unido, como esos ingenieros que están dando tumbos, repitiendo la historia de los abuelos, maleta en mano, hasta la invisibilidad final.
El caldo de cultivo del desempleo crónico,  de la ferocidad laboral, de la falta de industria y de inversión ni calienta ni hace sopa. Es la sopa boba de unos pocos, aliñada con buen hueso de jamón, con unas cuentas opacas, con una vida al margen de la masa que tirita. 
Un informe sobre calidad de la sanidad rezaba en uno de sus puntos: "La percepción de la salud disminuye al disminuir el nivel de estudios, la clase social y el nivel de ingresos". Conclusión: Sabemos que estamos enfermos, pero alguien vendrá a decir que estamos así por apalancarnos en nuestra zona de confort. Hay que creer en uno mismo y reinventarse. Hay que creer  tanto que termina uno creyendo en cualquier cosa. Hasta en los milagros.

4 comentarios:

  1. Corolario: Votamos por encima de nuestras posibilidades

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  2. Reinventarse...parece que volvemos al que reinventen otros...
    Qué poca visión tienen los que nos han metido en este agujero.
    Y a propósito de todo lo que está pasando ¿queremos seguir incrustados en esta comodidad?...por dior...Aggggggggg!!!!!

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    Respuestas
    1. ¿Has visto a la ministra Báñez defender su gestión? Pues eso. Lo que han de ver nuestros ojos...
      Gracias por pasarte <8>

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