jueves, 18 de febrero de 2016

La llave


«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,

porque yo no era comunista." 

Niemöller


¿Lo recuerdan? 
Pueden estar tranquilos, les explico cómo. Sólo hay que seguir unas pequeñas normas.
No hay que afiliarse a partidos pequeños, ni militar en causas perdidas. La simpatía hacia los pobres ha de acotarse al remordimiento y la piedad. La acción social y política es correosa y termina siempre en una batalla campal. Si usted quiere ser misionero o cooperante, vacúnese: es por todos sabido que puede viajar a ultramar a la cosa de salvar almas y cuerpos, que es un negociado que no quiebra, aunque también puede hacerse de un grupo solvente de gente gris, que es más descansado y seguro, y más aún ahora que nos invaden social y gastronómicamente los bárbaros que llegan desde fuera de las fronteras de nuestro imperio. 
No hay que confraternizar con gente extranjera. No demasiado. Vienen a codiciar nuestros coches de diez años y nuestros pisos VPO de lujo. Y nuestras mujeres. Nuestras, da igual que ponga mujer o botijo. La pena sí está permitida. Si quiere permanecer sin antecedentes no se puede una enrolar con cualquier romántico enseñando a leer o dando inyecciones fuera de los edificios oficiales. Píenselo, qué más le da: su zona de confort está para exprimirla, y el que no la tiene, algo habrá hecho. Porque creemos en Dios, en la policía y en el karma, y a veces los juntamos los tres y nos sale una navaja suiza que se llama "algo habrá hecho". El algo habrá hecho se piensa mucho y se dice poco, porque es más educado y parece hasta empático. La coherencia, para esos que se encadenan en las centrales nucleares. A esos los ponía yo a  vivir con velas. Jijí jajá jujú. También es legítimo compadecer a las mujeres que están haciendo la calle , pero sin perder el sentido del humor para reírse de algún chiste picarón y de carretera secundaria. Eso le pasa a otras. A mí, no. 
A mí no.
Y luego está la gente que se moviliza a todas horas en su casa y en la calle, que firma y retuitea. Qué cansado debe ser estar todo el día así. Ojo que te la juegas, ojo que te fichan. Ojo que lo mismo te toman entre ojos, o te creas mala fama. A ver si vas a ser de esas que se quedan en porretas en la plaza, delante de los chiquillos. Que una cosa es ver a un mendigo vivir en un cajero y otra muy distinta, una chica que se manifiesta sin sostén por la igualdad y esas cosas. La igualdad... van a inventar la pólvora ahora. Ética y estética. La miseria tiende a  la invisibilidad, por eso la llevamos tan bien, pero unos pechos...
Y en una iglesia menos. Hay pecados y pecados capitales.  Incluso hay pecados de los que claman venganza a Dios (Homicidio voluntario, pecado impuro contra el orden de la naturaleza, opresión del pobre y -este me encanta- defraudación o retención injusta del jornal al trabajador). Según un asesor que tengo en el tema, Maestre pecó de ira y Osoro la ha perdonado, pero parece que hemos de asumir que ha de haber una capilla para rezar en la universidad. A mí no me daba tiempo a nada cuando andaba entre libros y ahora que lo pienso capilla universitaria suena a lo mismo que capellán castrense. Pero a mí, señores, resumiendo, no me vendrán a buscar, porque reverencio el poder en cualquiera de sus formas.  O sí.  Pueden un día venir a por mí como en el poema y entonces veré que no era la protesta lo peor, sino que hubiera una llave maestra que abría todas las cajas y cerraba todas las celdas.  Y yo, sin saberlo, les regalaba una cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario