martes, 6 de diciembre de 2016

Bucle

Aunque uno no quiera, es Navidad desde hace quince días al menos. Dan fe de ello los múltiples encendidos  en las ciudades, la programación flipante que proponen las teles, la sobra de brillo de cualquier escaparate. Málaga se encendió con un "túnel lumínico", algo para mí insólito,  pero es que yo soy de tira de bombillas de alto consumo, pintadas con titanlux. Ahí me quedé clavada un año en unas fiestas. No necesito más. 
Así como mis terquedades se van reafirmando año tras año, año tras año también llueve en Málaga. Y año tras año se suceden las imágenes de barrillo en las aceras, rescates y desastres varios. ¿Sabían ustedes que se hizo en 1995 un plan que se llamó "Plan de Defensa de Málaga frente a las Inundaciones"? En 2014, el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Málaga, José Damián Ruiz Sinoga, hablaba del alto riesgo de inundaciones en la zona del Guadalhorce, derivado, entre otros factores, por la transformación urbanística de esta zona. En 2009, declaraba a tenor de este problema al diario Sur: "El Guadalhorce se ha resuelto, aunque cualquier río Mediterráneo tiene una llanura de inundación, así que si se cultivan chalés en vez de naranjas tendremos un problema".
Algún día, (algún día, algún día, algún día...) los expertos serán los que tomen las decisiones (mantra).
Algún día, también, nos enteraremos de por qué esa chica rumana que estaba en un club de alterne no podía salir del sótano donde se encontraba mientras subía el agua, en esa misma Málaga plagaíta de luces de última generación. Nos enteraremos de cuáles eran sus condiciones de trabajo, de cómo de triste era su historia. No será como la de esas chicas jacarandosas que regentan el burdel agraciado por la lotería en la última comedia taquillera. Recuerdan a "Las señoritas de mala compañía", sólo que aquellas eran de Nieves Conde. Mujeres ceñudas como mi admiradísima Maria Luisa Ponte, imaginen, como para no querer echar todas las canas al aire. Reediciones de lo mismo que ni antes ni ahora tiene gracia, con la diferencia de que ahora sabemos que no existe Pretty Woman, pero miren, aún hay una parte de nuestra vida que es una verbena donde suena "moliendo café" y las señoras se sientan a mirar quién agarra a quién y quién se deja agarrar. Lo que ahora aparece como en bucle, antes era sólo tradición. Ahora sabemos que debemos llamarlo esclavitud, explotación o directamente Gomorra, pero la de Saviano. 

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