viernes, 2 de julio de 2021

Colada

 

Hay algo poético en la ropa que está tendida. Las prendas son como velas de barco, hinchadas de viento favorable, emulando los cuerpos que los contienen. Aquí una sábana, transparente por el centro, allá un pantalón, que lleva las marcas de la costumbre. Unas iniciales rumbosas que pudieran ser de cualquiera, unos puntos diminutos, estirando la vida de las cosas. En un ayuntamiento cercano, recuerdan a los vecinos que no se puede tender visiblemente. Tengo suerte, puedo ocultar mis vergüenzas.

Viví en un piso interior. Un rayo de sol por las tardes. Desde mi cama de asmática, un remolino de motas de polvo suspendidas, un hachazo de vida que duraba apenas quince minutos, y después, la nada. Hacia atrás, un piso de estudiantes. Un chico con una guitarra, despreocupado y rumboso, que será octogenario si vive. La terraza, un territorio hostil. Las cuerdas de unos y otros. Los hurtos eróticos, desconchones y derramas. El balcón es la vida libremente minúscula, con una silla y una mesa, con un tendedero plegado, con una flor que resiste este calor insufrible, con las chanclas de la playa, o el escobero, o un farol que alguien trajo de Marruecos.

Ignoro qué ocurrirá donde la ropa no pueda ser exhibida, esa ropa viejecita que se estira y no se enseña, esa que sólo se puede tender en casa. Esa ropa que nos retrata y no pasó jamás por la secadora, porque eso sería como desayunar champán y ostras los martes. Hay ropa que es de balcón y perchero, porque no puede ser de otra forma. Intuyo el final de este episodio. Replantearán los afectados sus costumbres, por aquello del civismo y la ordenanza. Mi hermosa lavandería, me viene a la mente. Una historia de cuando fuimos nocturnos. Como diría Sanchidrián, tiene orgullo y Margareth Thatcher, y ese amor que cree poderlo todo, que es lo que le da calidad a la película.

2 comentarios:

  1. ‘Los hurtos eroticos’. No entiendo que a estas alturas mi móvil no sepa que eróticos ‘va con acento’ en la vocal tónica, ‘Sweppes’ o algo así.
    Además coincido con el concepto, muy claro y visual.
    Fantástico relato!

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    1. Abrazo, Jordi, nos vemos entre las cuerdas. Iré vestida de Sofía Loren :-)

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